Si te apetece un bronceado, utilizar un autobronceador es la opción más fácil y segura (ya que pasar periodos prolongados al sol sin protección solar puede dañar gravemente la piel). Sin embargo, cuando se trata del autobronceador, es posible que tengas algunas ideas preconcebidas sobre el producto: tal vez pienses que te dará un aspecto anaranjado o que el bronceado te saldrá a rayas.
Sin embargo, esas cosas no son necesariamente ciertas. Hay muchos mitos sobre el autobronceador como los anteriores, y hoy vamos a desmentirlos. ¿Quieres un brillo dorado? Descubre ocho mitos sobre el autobronceador que debes dejar de creer.
Mito 1. Las fórmulas del autobronceador son universales
Es un error común pensar que todos los autobronceadores son iguales, cuando en realidad no es así. Debes esforzarte por encontrar el que mejor se adapte a tus necesidades. Los autobronceadores se presentan en una gran variedad de formas, como espumas, sérums, rocíos autobronceadores, lociones, toallitas autobronceadoras y fórmulas en mousse, por nombrar solo algunos. Dedica tiempo a investigar para encontrar la fórmula con la que te sientas más cómodo y que se adapte a tu situación. ¿Necesitas saber por dónde empezar? Estos son algunos de nuestros favoritos.
Si prefieres una fórmula resistente a la transferencia, prueba una mousse autobronceadora, como L’Oréal Paris Sublime Bronze Self-Tanning Water Mousse.
Si quieres broncear la cara y el cuello, prueba un rocío autobronceador, como L’Oréal Paris Sublime Bronze Self-Tanning Facial Water Mist.
Si te gustan los autobronceadores graduales, prueba un sérum autobronceador, como L’Oréal Paris Sublime Bronze Self-Tanning Facial Drops.
Si te gustan los bronceados con spray, prueba un spray autobronceador, como L’Oréal Paris Sublime Bronze ProPerfect Salon Airbrush Mist.
Si necesitas broncearte sobre la marcha, prueba las toallitas autobronceadoras, como L’Oréal Paris Sublime Bronze Towelettes for Body.