No cabe duda de que una piel bronceada y un físico tonificado son dos de los rasgos de belleza más buscados. Pero si no has nacido con una tez naturalmente bronceada y quieres evitar posibles daños del sol, puede parecer que tienes que elegir entre los dos. El hecho es que el autobronceador y el sudor no son exactamente mejores amigos. Todo lo contrario: hemos tenido una intensa y sudorosa sesión de ejercicio que nos ha dejado la piel de lo más desigual.
¿Hay alguna forma de alcanzar tus objetivos corporales sin tener que sacrificar uno u otro? ¡Por fortuna, la respuesta es sí! Con la ayuda de algunos ejercicios antes y después del ejercicio puedes evitar que el sudor arruine tu bronceado artificial de una vez por todas. ¿Te interesa? A continuación, compartimos 5 consejos para que tu autobronceador sobreviva a tu próxima sesión de sudor.
CONSEJO 1: EMPOLVAR ÁREAS PROBLEMÁTICAS
¡Que empiece la acción! No, no estamos hablando de polvos faciales. Nuestro mejor consejo para mantener el bronceado intacto durante el ejercicio es aplicar polvos de talco o de bebé en las zonas que suelen estar expuestas a la fricción y el sudor durante el tiempo que pasas en el gimnasio. Unos buenos lugares para aplicar los polvos son las hendiduras de los codos y las rodillas, las axilas y el pecho. Utiliza una brocha de maquillaje (una brocha para polvos limpia es suficiente) para aplicar los polvos antes del ejercicio. El polvo absorberá el exceso de sudor que produce el cuerpo y evitará que el bronceado se transfiera a la ropa. Todos salimos ganando.
CONSEJO 2: SEGUIR FÓRMULAS GRADUALES
Lo sabemos, un bronceado instantáneo y fantástico que crea la ilusión de que acabas de volver de algún lugar tropical es probablemente lo que tienes en mente cuando usas autobronceador, ¡pero escúchanos! Si optas por una fórmula autobronceadora más ligera y gradual, te resultará más fácil controlar los daños en caso de que el bronceado empiece a perder intensidad. Un autobronceador suave y gradual puede aplicarse fácilmente en capas para ocultar cualquier imperfección, mientras que una fórmula oscura e instantánea dejará manchas difíciles de ocultar. Considera la posibilidad de probar L’Oréal Paris Sublime Bronze Leche Autobronceadora Hidratante Media.
CONSEJO 3: ENJUAGAR AL LIMPIAR
No pierdas tiempo antes de enjuagarte después de sudar. Intenta meterte en la ducha en cuanto acabes de hacer ejercicio. Cuanto más rápido, mejor. Enjuagarse con agua fría evitará que el sudor -que es ácido- se asiente sobre el bronceado artificial y lo estropee.
CONSEJO 4: HACER DEL HIDRATANTE EL MEJOR ALIADO
Es probable que ya conozcas la lección número uno del manual del autobronceador 101: hidrátate con regularidad. Después del baño, aplícate una loción ultrahidratante. Hazlo mientras tu piel está todavía ligeramente húmeda para retener la humedad. Dedica un segundo a asimilarlo antes de vestirte y seguir con tu rutina.
CONSEJO 5: TENER COPIAS DE SEGURIDAD A MANO
Ya sabes lo que dicen: prepárate para lo peor, espera lo mejor. Aunque los consejos anteriores deberían mantener el bronceado después del ejercicio, siempre es una buena idea tener un plan alternativo. Si el bronceado se vuelve desigual en algún punto, no te preocupes. Por eso llevas tu bolsa de deporte. Llénala con un exfoliante, una loción y unas toallitas bronceadoras para retocarte fácilmente si lo necesitas. En primer lugar, exfolia suavemente la zona de contacto entre el bronceado falso y la piel para suavizar las líneas de expresión. A continuación, hidrata la piel para preparar una nueva capa de autobronceador. Suaviza tu toallita: nos encantan las L’Oréal Paris Sublime Bronze Towelettes for Body sobre tu piel, y tú y tu bronceado estaréis como nuevos en un abrir y cerrar de ojos. No da tanto miedo después de todo, ¿verdad?
A continuación: Ahora que ya sabes cómo dominar el sudor con el autobronceador, vamos a abordar otra batalla contra el sudor con la que puedes encontrarte. Te contamos cómo conseguir un maquillaje a prueba de sudor.