El bronceador y el contorno son básicos en muchas rutinas de maquillaje. Aunque a veces los términos pueden utilizarse indistintamente, es un error común pensar que el bronceador y el contorno son lo mismo. Su propósito en tu rutina es distinta, porque el bronceador se utiliza para añadir al rostro un aspecto bañado por el sol, mientras que el contorno (o contouring) sirve para esculpir y crear sombras a fin de añadir dimensión.
Hay un momento y un lugar para cada uno de ellos, y juntos pueden crear una tez preciosa, bronceada y cincelada para favorecer diversos looks de maquillaje. A continuación te contamos lo que necesitas saber sobre el uso del bronceador frente al contorno, además de cómo aplicar el bronceador y cómo contornear para que puedas lucir tu mejor aspecto.
Si has intentado contornear el rostro, puede que hayas usado bronceador. Aunque ciertamente no es un crimen en materia de maquillaje y tus preferencias tienen prioridad en tu look de maquillaje, si usas cada producto tal como está concebido puedes obtener mejores resultados.
Los bronceadores pueden presentarse en distintas fórmulas, como polvo, crema o líquido, y suelen ser de tono cálido o neutro. El bronceador mate es el más popular, pero algunos bronceadores presentan un acabado brillante o radiante para aportar luminosidad a la piel.
Alternativamente, los productos empleados para el contorno pueden venir en diferentes fórmulas como crema, polvo y líquido, y la diferencia clave respecto de los bronceadores es su tono y acabado. Son de tonos neutros o fríos y siempre tienen un acabado mate.
Ahora que ya sabes en qué se diferencian los productos, veamos en qué se diferencian las técnicas. La intención del bronceador es aportar calidez y color al rostro. Si se aplica correctamente, parecerá que has pasado el tiempo justo bajo el sol (por supuesto, con FPS 30).
El contouring consiste en dar dimensión al rostro esculpiendo los rasgos y realzando la forma del rostro. El objetivo es hacer que las sombras en el rostro puedan crear una apariencia de unos pómulos más cincelados, una mandíbula más marcada y unos labios más carnosos. Debido a que el contouring consiste en crear sombras, a menudo verás que los productos para contornear parecen fríos e incluso grisáceos.
El bronceador y el contorno son dos cosas diferentes. Como ya señalamos, el bronceador suele tener un tono más cálido y sirve para aportar color a la piel. Los productos de contorno suelen tender a los tonos fríos y sirven para crear sombras, esculpir y añadir dimensión al rostro jugando con las sombras. El contorno a menudo se alía con el iluminador para potenciar las sombras. Puedes elegir uno u otro en tu rutina de maquillaje, o puedes hacer una combinación de ambos usando productos de tonos fríos y cálidos para añadir color y dimensión.
Puedes utilizar el bronceador como contorno si es lo que prefieres. Hay personas que lo prefieren porque los polvos y las cremas de contorno de tonos fríos pueden adoptar un matiz grisáceo en algunos tonos de piel. No recomendamos realizar el contouring con un producto de tonos cálidos, así que asegúrate de elegir un bronceador con tonos neutros como L’Oréal Paris Infallible Up to 24H Fresh Wear Soft Matte Bronzer. Este bronceador mate suave viene en ocho tonos neutros, por lo que hay opciones favorecedoras para todos los tonos de piel.
El bronceador se aplica en los pómulos, la frente y la nariz. Sirve para aportar profundidad a la piel y crear una apariencia de piel bronceada, por lo que se aplica en todas las zonas donde el sol incide de forma natural. También puede utilizarse en los párpados en lugar de las sombras de ojos.
El contorno sirve para esculpir y aportar dimensión al rostro. Por lo general, se aplica debajo de los pómulos para realzarlos y sobre la nariz para estilizarla. También se puede usar en la frente para hacer que se vea más pequeña y en la línea de la mandíbula para definir su forma.
Además de necesitar productos distintos, el contouring y el bronceado requieren técnicas de aplicación y colocaciones diferentes. He aquí cómo y dónde hacerlo.
La colocación del producto es clave a la hora de aplicar el bronceador y el contorno. En lo que respecta al bronceador, deberás aplicarlo donde el sol incidiría de forma natural si estuvieras en un día soleado. Estas zonas son el nacimiento del cabello, los lados de la frente, la parte superior de las mejillas y el puente de la nariz. Una vez que sepas dónde colocar el bronceador, considera qué fórmula de bronceador es la mejor para ti. Un bronceador en polvo como el ya mencionado L’Oréal Paris Infallible Up to 24H Fresh Wear Soft Matte Bronzer tiene una textura ligera que se funde en la piel para darle un color bronceado. Además, su fórmula es waterproof, resistente al sudor, a la transferencia y no comedogénica.
Paso 1. Sumerge una brocha esponjosa en los polvos bronceadores y difumínalos ligeramente en los pómulos. Si empleas un bronceador en crema, utiliza una brocha punteadora.
Paso 2. Sumerge la brocha de nuevo en el bronceador y aplícalo en la frente, allí donde la piel y el nacimiento del cabello se encuentran. Aplicar el bronceador aquí te ayudará a añadir color a la piel mientras minimizas la frente. Mézclalo en el cabello para evitar que queden zonas desiguales.
Paso 3. Sumerge la brocha esponjosa en el bronceador una vez más, y aplica el bronceador en la mandíbula y hacia el cuello. Esto ayudará a evitar esa temida línea de demarcación del maquillaje.
Paso 4. Para conseguir un bronceado luminoso de final de vacaciones, emplea la brocha para aplicar el bronceador sobrante en la nariz.
Cuando se trata de contornear, el rostro de cada persona es diferente y puede requerir técnicas ligeramente distintas. Al igual que con el bronceador, la selección de la fórmula es importante. A veces, los productos de tonos fríos pueden parecer grisáceos sobre la piel. Si es tu caso, prueba a usar polvos bronceadores de tonos neutros para definir el contorno.
Si tienes la piel seca o prefieres algo más natural y fácil de manipular, una fórmula en crema es para ti. Usa un corrector como L’Oréal Paris Infallible Full Wear Concealer up to 24H Full Coverage en un color que sea 2-3 tonos más intenso que tu tono de piel (y de tonos neutros o fríos).
Paso 1. Por lo general, contornear los huecos de las mejillas empezando por las orejas y no más allá de las pupilas resulta favorecedor. Esto le dará una estructura ósea de aspecto más esculpido. Si empleas un contorno en polvo, utiliza una brocha de maquillaje densa y más pequeña para mantener el producto concentrado en las zonas que intentas esculpir. Si empleas un contorno en crema o un tono más oscuro de corrector, difumínalo con una esponja de maquillaje o una brocha punteadora.
Paso 2. Contornear la mandíbula es un buen truco para afinar la forma de tu rostro. Concéntrate en aplicar el producto en la mandíbula y difumínalo hacia fuera.
Paso 3. El contouring de la nariz puede cambiar por completo la silueta y el aspecto de tu rostro. No existe una forma correcta o incorrecta de definir la nariz, y es que realmente depende del resultado deseado. Si intentas afinar la nariz, traza dos líneas de contorno a lo largo del centro de la nariz. Cuanto más juntas estén, más fina parecerá la nariz. También puedes añadir un poco de corrector en un tono más claro entre las dos líneas para resaltar las sombras.
Paso 4. Para unos labios de aspecto carnoso, añade contorno en el centro del labio inferior, justo debajo de la línea natural del labio. Difumínalo para crear una sombra y rellena los labios con un delineador de labios y un labial como de costumbre.
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Investigación de historias adicionales: Alyssa Kaplan. Fotografía: Chaunte Vaughn. Dirección artística: Hannah Packer. Asistencia de producción creativa: Becca Solovay. Estilismo: Catherine Pearson. Asistencia de atrezzo: Lindsay Jones
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