Si te obsesiona el cuidado de la piel como a nosotros, quizás ya tengas por la mano tu rutina de cuidado de la piel. Por supuesto, aún puedes tener preguntas por responder, como si hay alguna diferencia importante entre la crema y la loción o cuándo empezar a usar retinol. Incluso algo tan simple como lavarse la cara puede plantear dudas, como si es mejor lavarse la cara con agua fría o caliente.
En la limpieza facial, la temperatura del agua marca la diferencia, y hay ciertas ventajas y desventajas de lavarse la cara con agua fría o agua caliente. Sigue leyendo para saber cómo la temperatura del agua puede afectar a la tez, además de conocer los mejores limpiadores faciales que puedes incorporar a tu rutina de cuidado de la piel.
Aunque una ducha caliente y humeante o una sesión de lavado de cara puede resultar bastante relajante en el momento, no es la mejor opción para tu piel. El agua caliente puede aumentar la sensibilidad cutánea y resecar la piel, despojándola de los aceites naturales necesarios.
Sea cual sea tu tipo de piel, deberías evitar la limpieza con agua caliente, pero es especialmente importante para las pieles secas y grasas controlar la temperatura del agua. Si tienes la piel seca, el agua caliente la secará aún más, pero incluso la piel grasa debería evitarla. La piel grasa puede reaccionar a la eliminación de sus aceites naturales generando aún más grasa, lo que te dará un aspecto excesivamente brillante o, lo que es peor, te provocará una erupción indeseada.
El agua fría es mejor que el agua caliente para la piel, y en realidad hay múltiples beneficios para rebajar la temperatura del agua.
El agua fría puede favorecer la constricción de los vasos sanguíneos debajo de la piel, lo que puede reducir la hinchazón facial.
Si acabas de exfoliar o usar ingredientes activos, el agua fría de la limpieza facial también puede minimizar las rojeces o posibles irritaciones.
El agua fría también puede aliviar ciertas afecciones de la piel, como la rosácea o el acné.
Dicho esto, lavarse la cara con agua fría tiene un inconveniente. La limpieza con agua demasiado fría no es tan eficaz, ya que los aceites y el maquillaje no se disuelven en agua fría.
Sube (o baja) la temperatura para que esté entre caliente y fría; lo ideal es tibia. Según la Academia Americana de Dermatología, el agua moderadamente caliente es la mejor para lavarse la cara y para la salud general de la piel. El agua tibia puede ayudar a garantizar que el limpiador facial obtenga la cantidad adecuada de espuma, elimine suficiente suciedad de la superficie de la piel y equilibre adecuadamente los aceites naturales de la piel.
Lavarse la cara es el primer paso en cualquier rutina de cuidado de la piel, por lo que es importante hacerlo correctamente. Limita el lavado facial a 2 veces al día, por la mañana y por la noche; limpiarte el rostro más veces de lo recomendado podría resecar la piel. Te contamos cómo lavarte mejor el rostro.
Si usas maquillaje o protector solar, realiza una doble limpieza con un desmaquillante a base de aceite antes de aplicar el limpiador facial.
Con agua tibia, aplica el limpiador en el rostro y mueve suavemente los dedos con movimientos circulares sobre la piel para eliminar la suciedad y la grasa. Trata de hacerlo durante 60 segundos.
Tus dedos son la mejor herramienta para lavarte la cara, pero si empleas una toalla o un cepillo limpiador debes asegurarte de que no sea demasiado áspero para tu rostro. Si observas rojeces, descamación o cualquier tipo de irritación en la piel después de la limpieza, reduce el uso de la herramienta.
También debes enjuagarte el rostro con agua tibia y luego secar la piel con una toalla suave.
Después de limpiar la piel, puedes continuar con la aplicación del tónico, los sérums y el hidratante.
Ahora que ya sabes cuál es la mejor temperatura, es el momento de elegir el mejor limpiador facial para tu tipo de piel. Te recomendamos que elijas una de las siguientes opciones:
Este limpiador está formulado con ácido glicólico para exfoliar suavemente y ayudar a eliminar las células muertas que permanecen en la superficie de la piel. El resultado es un tono de piel más luminoso, radiante y uniforme.
Consejo del editor: El ácido glicólico puede aumentar la sensibilidad de la piel al sol, y también puede resecar la piel sin una hidratación adecuada, como advierte un estudio realizado por el Centro Nacional de Información Biotecnológica. Recomendamos utilizar una crema hidratante con FPS incorporado, como L’Oréal Paris Revitalift Triple Power Day Lotion SPF 30, en la rutina después de usar un limpiador como este.
Si tienes la piel más seca, utiliza una crema limpiadora que exfolia suavemente puede aportar hidratación a la vez que elimina las células muertas. Este limpiador elimina la suciedad y otras impurezas de la superficie de la piel, y contiene vitamina C y ácido salicílico para que tu tez luzca uniforme y radiante.
Este suave limpiador facial limpia sin resecar la piel, y los aceites de la fórmula también la hidratan mientras te lavas el rostro.
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Fotografía: Chaunte Vaughn
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