El iluminador cegador puede parecer un retorno (perturbador) a tu maquillaje de Instagram de 2016, pero una piel que brilla y un look radiante siempre estarán de moda. La clave para conseguir un aspecto radiante y natural es saber cómo utilizar el iluminador, incluido dónde aplicarlo, para obtener los mejores resultados.
Aunque nos encantan unos pómulos definidos y radiantes, hay otras zonas del rostro donde el iluminador puede tener un bello impacto. Saber cómo aplicar estratégicamente el iluminador para definir los rasgos te ayudará a llamar la atención hacia tus mejores rasgos.
A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber sobre el iluminador. Sigue leyendo para saber dónde aplicar el iluminador en el rostro para obtener un resplandor natural, descubrir las diferencias entre iluminador líquido e iluminador en polvo, y mucho más.
El iluminador es un tipo de producto de maquillaje que refleja la luz para ayudarte a iluminar tus rasgos. Puede presentarse en fórmulas líquidas, en crema o en polvo, con un brillo sutil o casi metalizado. Independientemente de la fórmula, sin embargo, el objetivo del iluminador sigue siendo el mismo: dar a la piel un efecto resplandeciente y un acabado radiante.
Dicho esto, saber utilizar correctamente el iluminador es fundamental. Aplicar demasiada cantidad (o en lugares donde la luz no incide de forma natural) puede dar lugar a un aspecto poco natural. Para un maquillaje iluminador resplandeciente, un enfoque estratégico de "menos es más" suele ser el más adecuado.
Al aplicar el iluminador, sueles optar por los puntos más destacados del rostro (en otras palabras, las zonas donde el sol captaría la luz naturalmente). Te explicamos en detalle cómo aplicar el iluminador para conseguir una luminosidad natural, a continuación.
Empezaremos por el lugar más común para iluminar tu piel: los pómulos. Aplicar el iluminador en la parte superior de los pómulos puede ayudar a resaltar tu estructura ósea y dar a tu rostro un aspecto realzado. Te sugerimos que difumines el producto hacia las sienes para conseguir un efecto suave y difuminado: cualquier línea marcada o evidente reducirá el efecto de resplandor natural.
Tu arco de cupido es la pequeña indentación situada en el centro del labio superior (se llama así por su semejanza con la forma de un arco). Resaltar esta zona ayuda a levantar los labios y darles un aspecto más voluminoso y una forma más definida. Solo ten cuidado de no iluminar todo el labio superior: buscamos un sutil resplandor, no un brillo absoluto.
Consejo del editor: Perfila tus labios y resalta el arco de cupido para conseguir unos labios más carnosos al instante.
Tal vez no pienses demasiado en el hueso de la ceja, pero iluminar la pequeña franja de piel situada debajo de las cejas puede ayudar a que tus ojos parezcan más abiertos, crear la ilusión de unas cejas más elevadas y hacer que tus ojos destaquen.
Las comisuras internas de los ojos suelen ser más propensas a la oscuridad que otras zonas del rostro. Añade un poco de iluminador para aclarar esta zona y dar a tus ojos un aspecto más despierto.
Sí, este es raro pero realmente puede hacer maravillas. Al igual que la esquina interior de los ojos, la zona de debajo de los ojos puede ser oscura y el iluminador ofrece una técnica útil para neutralizar la apariencia de las ojeras. Dicho esto, es mejor evitar los iluminadores brillantes en este caso; en su lugar, opta por una fórmula luminosa en un tono muy parecido al de tu tono de piel natural.
Otra forma estupenda de iluminar tus ojos y tu mirada en general es añadir un sutil toque de luz en el centro de los párpados. Si bien esto puede no ser apropiado si apuestas por unos ojos ahumados nude, es una forma genial de parecer más despierta a la vez que se añade algo de brillo en los días de maquillaje sin maquillaje.
Añadir el mínimo toque de iluminador sobre el puente de la nariz puede ayudar a completar tu aspecto radiante y crear un efecto recién llegado de la playa realmente creíble. Nuevamente, apuesta por un toque ligero: definitivamente, menos es más en lo que se refiere a iluminar la nariz.
Tanto los iluminadores en polvo como los líquidos tienen su mérito, y elegir cuál es el mejor para ti depende en última instancia de qué tipo de look busques.
Los iluminadores en polvo son excelentes para quienes tienen piel grasa, ya que pueden dar luminosidad sin dejar la piel con brillo o efecto grasoso. Suelen presentarse en formatos compactos, por lo que son más prácticos para retocarse sobre la marcha. Sin embargo, necesitarás una brocha para aplicar el iluminador en polvo (o varias, si lo vas a aplicar en todas las zonas que te hemos mencionado).
Los iluminadores líquidos, por su parte, son ideales para crear un aspecto de rocío, de resplandor natural. Como tienen una consistencia fluida, tienden a ser fáciles de aplicar y difuminar, aunque no tengas una brocha o esponja de maquillaje a mano (basta con que uses los dedos).
Algunos, como L’Oréal Paris True Match Lumi Glotion Natural Glow Enhancer, incluso ayudan a hidratar la piel. Nos encanta este producto de fórmula luminosa porque es superversátil. Puedes utilizarlo para resaltar tus rasgos, mezclarlo con tu base de maquillaje para darle un acabado más radiante, o aplicarlo en lugar de la prebase para ayudar a añadir luminosidad y preparar la piel para el maquillaje. Incluso puedes utilizar un tono más oscuro para esculpir el rostro a modo de bronceador o contorno para obtener un efecto de lo más radiante y bronceado.
Saber dónde aplicar iluminador es solo una parte de la ecuación: igual de importante es saber cómo (y cuándo) utilizarlo en tu rutina. A continuación desglosamos los pasos imprescindibles.
Empezar con la prebase de maquillaje es esencial para sacar el máximo partido a la aplicación del maquillaje. Para una base radiante, plantéate usar una prebase iluminadora, como L’Oréal Paris Prime Lab Up to 24H Dullness Reducer. Su fórmula ligera ilumina la piel al instante y ayuda a unificar el tono de piel con el tiempo. Si la textura desigual de la piel o los poros visibles son una preocupación para ti, prueba una prebase difuminadora como L’Oréal Paris Prime Lab Up to 24H Pore Minimizer.
A continuación, unifica el tono de piel con una base de maquillaje. Si lo que buscas es un acabado parecido a tu piel, pero mejor, te recomendamos L’Oréal Paris True Match Super-Blendable Foundation. Ofrece una cobertura media y se mezcla a la perfección, con un acabado natural similar al de la piel. O utiliza una fórmula de cobertura modulable, como L’Oréal Paris Infallible Up to 24H Fresh Wear Foundation, y adapta la cobertura a tu gusto.
Antes de pasar al iluminador, esculpe y define tus rasgos con contorno y rubor. Elige las texturas en función del acabado deseado: en crema para el efecto rocío, en polvo para el efecto mate. Traza el contorno debajo de los pómulos y a lo largo de las sienes, y añade color con rubor en las mejillas, difuminando hacia las orejas para conseguir un aspecto elevado.
Y ahora, el momento que estabas estado esperando: el momento del iluminador. Si prefieres un iluminador líquido como L’Oréal Paris True Match Lumi Glotion Natural Glow Enhancer, sugerimos aplicarlo con ligeros toques en los puntos más destacados del rostro, y luego difuminarlo con los dedos para un resplandor iluminado desde el interior. (Si prefieres no utilizar los dedos, también puedes difuminarlo con una esponja de maquillaje.)
En el caso de un iluminador en polvo, necesitarás una brocha. Te recomendamos usar una brocha en abanico para los pómulos y una brocha esponjosa más pequeña para zonas reducidas como las comisuras interiores y los huesos de las cejas. Empieza con un polvo claro y aumenta gradualmente el producto para crear un efecto suave de resplandor difuminado.
Por último, pero igualmente importante, querrás asegurarte de que tu resplandor se mantiene. Una rápida bruma de L’Oréal Paris Infallible Pro-Spray and Set Make-Up Oil-Free Setting Spray te ayudará a mantener el maquillaje durante todo el día.
No hay una regla rígida y rápida sobre la superposición del iluminador y el rubor, pero algunas directrices pueden ayudarte a conseguir un resultado final más uniforme. Si combinas tus productos por fórmula (polvo con polvo o líquido con líquido), un buen método consiste en aplicar el iluminador antes del rubor. Esta técnica permite que el rubor se funda suavemente con el iluminador en un acabado impecable y radiante.
Sin embargo, si quieres mezclar y combinar fórmulas líquidas y en polvo, empieza primero con los productos líquidos (los polvos no se superponen demasiado bien sobre los líquidos).
Si tienes dudas sobre cómo aplicar el iluminador líquido con la base de maquillaje, es más fácil de lo que crees. Como los iluminadores líquidos y las bases de maquillaje líquidas tienen una consistencia similar, puedes difuminarlos y superponerlos de varias maneras.
Aplicar el iluminador líquido antes de la base de maquillaje puede crear una luminosidad total, mientras que aplicarlo después puede ayudar a crear un efecto más definido de resplandor específico. Incluso puedes mezclar unas gotas de iluminador líquido en la base de maquillaje para suavizarla y darle un acabado más luminoso.
En cuanto a cómo aplicar el iluminador en polvo, sugerimos seguir los consejos anteriores y guardar los productos en polvo para el final.
El maquillaje no es algo que tengas que tomarte demasiado en serio: siéntete libre de experimentar y encontrar lo que te haga sentir mejor. Sin embargo, si buscas los efectos más naturales y favorecedores, te recomendamos centrarte en las zonas descritas anteriormente. Esto ayudará a crear un look luminoso que realce tus rasgos.
A continuación: Conquista el maquillaje luminoso con Lumi Glotion: 4 maneras de usar este favorito de TikTok
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